Hoy me guardo en un frasco

Hoy podria escribir miles y millones de versos, en los que las palabras se unieran a otras palabras formando asi una cadena infinita en la que la melodia nunca dejara de oirse, en la que los dias no terminaran. Lo que siento hoy es... tan dificil de contar... es algo familiar que mis miedos me impiden aceptar.

Y por eso invito a los miedos a tomar un té. Les prestaré mi cama esta noche y procuraré que deseen quedarse conmigo unos dias.


Asi que hoy me guardo en un frasco sin esencia y me encierro bien fuerte para no poder salir. Comprimida, aislada de todo, en un sitio sin olor ni color... pero se que caeré rodando tarde o temprano. Resbalar es muy fácil... tan facil como amar... tan sencillo como robar una experiencia al leer.


Te veo, te siento, te escucho y... resbalo. Me rompo en miles de trozo que se esparcen por toda la habitacion.

Me levanto de la silla y camino despacio para no cortarme...

Princesa

Alli esta, como siempre, acechando entre los matorrales... ya le veo venir. Nos conocemos hace años... ¿verdad?

Paciente con mis logros y exultante con mis fracasos siempre viene a consolarme...

Qué amabilidad.

Cuanta galanteria dirian unos... cuanta palabreria los otros...

Pero, porqué esa mania que tenemos de otorgar tal gran poder a las palabras?... si las palabras sólo son palabras y se las lleva el viento... siempre! Si lo oportuno en todos los casos es no ser rencoroso.

Si al final sólo somos personas, pequeñas partículas en un mundo tan immenso. Si pensandolo bien... ¿qué importan mis problemas? y mejor dicho ¿A quien le importan?

Si la misión que tenemos en esta vida es consumir el tiempo destruyendo el mundo para acabar siendo uno más en tierra santa. Porque los únicos venerados serán los malos con poder.

Y lo que hay que hacer es no pensar, eso es lo que nos hace felices... el conformismo, acatar las órdenes de alguien a quien no conocemos y seguir al rebaño.

SENTIRSE IGUAL QUE LOS DEMÁS.

Así que una vez mas volveré a recurrir a mi disfraz de princesita y con mi sonrisa de plástico volveré a lanzar mis cabellos por la ventana de mi gran castillo. Esperando a que me crezcan.

Para mi

Desarolla tus figuras mentales y tradúcelas en movimiento.

Muestra tus debilidades, acepta tus fracasos.

No tengas miedo. Soy solo voz, no voy a juzgarte. Soy solo ojos, no voy a castigarte.

Te invito al cambio, pero cuidaré que no te pierdas.

Aléjate emocionalmente del mundo pero baila para él, que todos puedan gozar de tus movimientos pero no permitas que nadie te toque.

Ninguno va a estar a la altura para eso.

Tan simple como complicado, así es el ser humano.

No se puede comprender nuestra conducta leyendola de izquierda a derecha, sino de derecha a izquierda. Es decir, no se explica ateniendose a lo real existente o a lo real passado, a lo ya escrito, sino que hay que atender a lo irreal futuro, a lo que esta por escribir.

Pero, ¿como atender a lo que todavia no está cuando a lo que está es complicado ponerle un nombre?

Aunque... ¿porqué esa mania nuestra de ponerle un nombre a todo...? Si de verdad las cosas más bonitas són difíciles de describir.

Parece que eso nos dé placer, es como una gran satisfacción que nos da poder el hecho de divagar sobre un sentimiento fugaz, etéreo y variable.

Una emoción que envuelta en denominaciones erroneas nos llevará a la confusión y al dramatismo.

Preocupandonos por nuestras palabras más que por nuestros pensamientos.