martes, enero 29, 2008

Lo efimero

Destruyendo todo lo creado, dejando las cosas a medias o al menos con la incertidumbre de pensar qué hubiera pasado si en lugar de este camino hubieramos elegido aquel, arrasandolo todo sin piedad y con una única ley: no detenerse. Así es el tiempo, como la danza, cruel, fugaz, efímero... indefinible porque desaparece a cada instante. Pero pasa asi, sutil, silencioso, casi sin hacer ruido como todo lo malvado, y nos envuelve a todos con su engaño haciendo que vivamos pensando mas en las nimiedades de la vida que en esta en sí y que inconscientemente pensemos que el presente es eterno.

Pero a lo largo del tiempo se aprende a registrar las experiencias vividas; y se aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y que el amor no significa practicar sexo, y que una compañía no significa seguridad, y se empieza a aprender...
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y se empiezan a aceptar las derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, se aprende a construir todos los caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y el futuro tiene tendencia a no cumplirse.

Y después de un tiempo se aprende que hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

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