domingo, diciembre 20, 2009

Reflexion navideña

Se acerca, se aleja, se distrae y me presta atención... me persigue.
No se si es luz u oscuridad, no logro distinguirlo, pero hace mucho ruido, un ruido ensordecedor que no me deja escuchar nada más, metiendose en mi cabeza como protagonista matutino y permaneciendo hasta el anochecer... hasta que caigo rendida de cansancio por sus atroces sacudidas.
Como un tranquilo terremoto se materializa siempre al límite, justo en el borde de lo real y lo ficticio, incapaz de hacerlo de otro modo.
Y por ello, le doy las gracias.